miércoles, febrero 01, 2006

EL GOBIERNO MILITAR Y SU LUCHA CONTRA EL TERRORISMO

" Yo hubiera querido recibir la Argentina como Aylwin recibió a Chile."Presidente Carlos Menen

La gente que no vivió en carne propia el gobierno de la Unidad Popular y el gobierno militar tiene normalmente dos dudas.La primera es por qué las Fuerzas Armadas y de Orden debieron poner fin al gobierno de Allende y la segunda es por qué ocurrieron tantos enfrentamientos entre civiles y militares en el período del gobierno militar.
El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile, en declaración publicada en El Mercurio el día 26 de marzo de 1977 sobre este tema, destaca:"No nos cabe duda que hay una campaña internacional en contra de nuestro gobierno promovida principalmente por gobiernos y partidos marxistas."Algunos de los que nos acusan cometen peores atropellos que los que nos reprochan."Todos tendemos a ver mejor "la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio".

Cómo se organizó la máquina terrorista en Chile.

El ex diputado comunista y ex ministro de Allende, Orlando Millas, en su libro "Memorias 1957-1991, una Disgresión", Ediciones CESOC, publicado en 1996, sostiene en la página 186 y siguientes:"Nos reunimos en Moscú, en 1974, los miembros de la Comisión Política del partido que estábamos en exilio, o sea, los titulares Volodia Teitelboim, Gladys Marín y yo y el suplente Manuel Cantero. Volodia residía en la capital soviética, Manuel en Berlín y Gladys y yo en Holanda. Los tres últimos, por lo tanto, fuimos recibidos en calidad de huéspedes del Hotel Octubre, dedicado a los extranjeros invitados por el Partido Comunista de la Unión Soviética.

"Fue en esa oportunidad cuando supe del acuerdo a que habían llegado en La Habana dirigentes de los respectivos partidos, para que contingentes de militantes comunistas chilenos fuesen aceptados como alumnos en calidad de cadetes de la Escuela Militar de Cuba, manteniendo sus deberes disciplinarios de afiliados a nuestra organización, que podría disponer en cualquier momento de ellos para asignarles las tareas que determinásemos. La dirección del partido, que actuaba en Chile, no había hecho reparos y se entendía otorgado su consentimiento. El asunto implicaba mucho y nunca se debatió debidamente. No dejaba de tener relación con la idea de Fidel, hecha suya por algunos dirigentes del Coordinador Exterior, y que poco a poco empezó a aparecer en textos oficiales como formulación asimilada por el Partido Comunista de Chile, de que habríamos sufrido de un déficit o vacío histórico al no contar con fuerzas militares. Lo cierto es que al incorporarme al Coordinador Exterior muchas preocupaciones estaban dirigidas a la incorporación de nuestros noveles cadetes. Un dirigente estimaba que contribuir al enrolamiento era cuestión de honor revolucionario para las familias del partido y para los más meritorios jóvenes comunistas del exilio."

"Esta manera de ver el problema militar me produjo inicialmente cierta perplejidad, tuve dudas disipadas por la idea de que se habían producido grandes cambios al tener que afrontar una tiranía como la establecida en Chile y, finalmente, me adapté pasivamente a la idea."Más tarde conocí a los muchachos, flor y nata de nuestra gente, de condiciones personales superlativas. Se reclutó para esta tarea a lo mejor de lo mejor de la nueva generación del exilio. Me impresionó conocerlos, dos años después, en Cuba. Adquirí aún mucho más conciencia de sus méritos al recorrer en Nicaragua los campos de batalla en que contribuyeron a derrotar la Guardia Nacional de Somoza y al escuchar la valoración de ellos que hacía el general Arnaldo Ochoa. En cualquier desarrollo que hubiesen tenido sus vidas, hubiesen sobresalido. Así como demostraron tener gran coraje, pasta de héroes, les sobraba igualmente el talento y la sensibilidad."Un regusto amargo me hace sentir que los conducimos a quemarse en Chile en batallas imposibles. Eso no es responsabilidad de ellos y no podemos culparlos de que, como las flechas lanzadas por un arco, hayan seguido con firmeza sus trayectorias".Como se puede observar, hay una muy temprana decisión del Partido Comunista chileno de empuñar las armas contra el gobierno militar y un claro reconocimiento de que esos jóvenes entrenados militarmente en Cuba vinieron a engrosar la guerrilla en Chile. Millas, al expresar que sintió "un regusto amargo" al conocer que los condujeron a su país a "quemarse en batallas imposibles" reconoce que estos guerrilleros murieron en enfrentamientos con las Fuerzas Armadas y de Orden .

2 comentarios:

TPC Radio Libertaria dijo...

Si pero ellos desde un principio nunca aceptaron culpa; no la aceptaron entonces no la aceptan ahora y no la aceptaran en el futuro;aunque se les muestre la verdad en sus caras...

Javier Bazán Aguirre dijo...

Obvio.
Aunque no tenían problema en ir a morir a Angola o en cualquier otro país del Tercer Mundo, para luchar contra el Imperialismo de Occidente liderado por EEUU